Un sistema híbrido es un sistema conceptualizado como conjunto de componentes interrelacionados o enlazados entre sí,  en un sentido amplio como “mezcla de tecnologías “.

Por tanto al “sistema híbrido” podemos determinarlo como una mezcla de diversos conjuntos de componentes que interactúan entre sí, llevando finalmente a cumplir una función específica.

La característica principal de un sistema híbrido es el uso de dos o más fuentes de alimentación distintas.

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SISTEMAS HÍBRIDOS ENERGÉTICOS

Los sistemas híbridos fotovoltaicos  utilizan generalmente un generador diésel, un aerogenerador o la red pública como fuente de alimentación. Los inversores con cargadores de batería integrados; que se emplean en los sistemas híbridos conectados se alimentan: de corriente alterna (red), a partir del banco de baterías que usa energía solar, o a partir de una segunda fuente de alimentación. Mediante este sistema también se puede recargar las baterías a partir de la fuente de alimentación adicional.

Ventaja;  no se necesita sobre dimensionar notablemente el sistema solar para los períodos de baja irradiación. Esto supone un ahorro de gastos considerable. Este sistema siempre  usa prioritariamente la energía producida por el módulo fotovoltaico o aerogenerador. Al combinarlo con una segunda fuente controlable se obtiene un suministro de energía fiable y disponible las 24 horas del día y 365 días del año.

SISTEMAS HÍBRIDOS DE CLIMATIZACIÓN

Sistema Híbrido Aerotérmico consiste en combinar una bomba de calor con otro sistema generador ya existente, para mejorar el rendimiento de la instalación de climatización (calor, frío, ACS)  que utilizan combustibles como: gasóleo, propano, etc. y permiten ser  gestionados de forma conjunta.

El principio de funcionamiento del nuevo sistema híbrido, es utilizar el mejor sistema en cada momento y aprovechamiento de fuentes renovables (aerotermia, geotermia) De este modo conseguir ahorro económico.

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¿Cómo funciona un sistema híbrido?

El principio de funcionamiento del nuevo sistema híbrido, consiste en utilizar el mejor sistema en cada momento, es decir, aquel que resulta más beneficioso económicamente para el usuario. De este modo el ahorro está garantizado, pues siempre arrancará para cubrir la demanda el más rentable.

La unidad de control del sistema, seleccionará cual es el sistema más eficiente en función de las temperaturas exteriores. En líneas generales, prácticamente a lo largo del año, la bomba de calor aerotérmica será siempre más rentable que la caldera tradicional existente, de modo que cubrirá el mayor porcentaje de las necesidades de calefacción de la vivienda, lo que supondrá que la caldera apenas entrará. El ahorro económico se sitúa entorno entre el 50% y el 70% y, su oscilación va a depender básicamente de las temperaturas exteriores, número de horas de calefacción, sistema emisor instalado, existencia o no de tarifa eléctrica con discriminación horaria.